«La maldad política es una de las grandes cuestiones intelectuales de nuestro tiempo. Al intentar responder a ella, no debemos correr a la guerra o levantar las manos con resignación y desesperanza. Lo primero no sólo nos tienta a implicarnos nosotros mismos en el mal, sino que exige que nos enfrentemos a éste en el campo de batalla preferido por los malhechores. Lo segundo permite que el mal continúe y les dé lo que anhelan a quienes están sedientos de sangre. La maldad política no desaparecerá nunca. Razón de más para que, la próxima vez, nuestra respuesta a ella sea la correcta.» Con estas palabras, Alan Wolfe se une a una extensa nómina de pensadores –Hannah Arendt, Reinhold Niebuhr o Arthur Koestler– que, a lo largo del pasado siglo, hicieron del mal en la esfera política el argumento central de su obra. En La maldad política, qué es y cómo combatirla, el autor examina casos de genocidio, terrorismo, limpieza étnica y tortura, en escenarios tan diversos como Oriente Medio, Darfur, Ruanda, los Balcanes, Irak o Irán, y analiza las contradictorias respuestas que la comunidad internacional ha dado para su resolución.
 
                                                    
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 - Índice
 - Introducción. La cuestión fundamental del siglo xxi
- Colocar la política en primer plano
 - Un producto totalmente humano
 - Corazón caliente, ojos claros
 
 - Primera parte: Lo que es
- Capítulo uno. Las características de la maldad política
- Cuatro variedades de maldad política
 - El mal de cada día
 - El mal desmesurado
 - La naturaleza dual de la maldad política
 - Responder a razones
 
 - Capítulo dos. La maldad omnipresente en el interior
- El mal empieza en casa
 - El peral de Agustín
 - Eichmann revisitado
 - Psicologizar el mal
 - Después de Milgram
 - Anormalidad de la maldad política
 
 - Capítulo tres. El mal implacable en el exterior
- De un extremo a otro
 - El legado inesperado de Mani
 - Permanencia totalitaria
 - La alternativa maquiavélica
 - Por qué el maniqueísmo fracasa inevitablemente
 
 - Capítulo cuatro. El mal uso de la contemporización
- Una analogía que se ha descontrolado
 - Por qué el totalitarismo no volverá
a ocurrir nunca
 - Primeras pruebas de contemporización
 - Contemporización en los Balcanes
 - La larga vida de la contemporización
 - La maldad política en sus propios términos
 
 
 - Segunda parte: Cómo combatirla
- Capítulo cinco. El problema del terrorismo en la democracia
- Destruir distinciones
 - Sociocidio
 - El ejemplo de Israel
 - La lógica de la agregación
 - Los beneficios de la desagregación
 - El doble deber de la democracia...
Y su doble beneficio
 
 - Capítulo seis. Contra la dramatización del genocidio
- La gran maldad política de nuestra época
 - Dar el beneficio de la duda a la muerte
 - Genocidio real
 - «El mayor sufrimiento que he visto»
 - Cómo los esfuerzos por detener la violencia pueden
prolongarla
 - Algo con lo que no contábamos
 
 - Capítulo siete. El atractivo seductor de la limpieza étnica
- Cuasi-genocidio
 - ¿Ha cometido Israel actos de limpieza étnica?
 - Demasiados Estados, en lugar de demasiado pocos
 - Estados por encima de naciones
 - ¿Nación israelí o Estado israelí? 
 
 - Capítulo ocho. La política del mal por mal
- Nuestra deuda con la maldad política
 - Llevar luz al lado oscuro
 - En busca de la ausencia de bajas
 - El precedente de Pinochet
 - Investigaciones incompletas
 - La decepción de Obama
 
 - Conclusión. Nos ponemos serios (una vez más) con la maldad política
- La cuestión de la seriedad nacional
 - Las ventajas de un calvinismo secular
 - La necesidad de un realismo moralista
 - En serio, una vez más
 
 
 - Agradecimientos
 - Notas
 - Índice de materias y nombres